Siempre pensé que preparar un biberón era tan sencillo como preparar mi tan añorado ColaCao, pero de hecho es más complicado de lo que parece y no, no se nace sabiendo.
Muchos padres primerizos se sienten desbordados con la llegada de un nuevo miembro a la familia y pequeñas cosas, como preparar “los bibis” para el peque, pueden agobiar.
Es importante tener en cuenta que el sistema inmunitario de un bebé no está totalmente desarrollado, por lo que cualquier cosa que entre en contacto con ellos puede provocar alguna reacción del organismo no deseable. No estoy sugeriendo que el bebé viva en una burbuja de cristal, ni mucho menos, pero sí que se sigan unas prácticas de higiene un poco más rigurosas.
Lo primero de todo es que tanto el biberón como la tetina esten esterilizados y que no entren en contacto con otras superficies durante la preparación. Venden productos para la esterilización que podéis encontrar en cualquier farmacia o supermercado.
El agua para utilizar conviene que sea del grifo mejor que embotellada, y si tenéis que optar por esta última aseguraros de que es baja en sodio (Na) y sulfuros (SO o SO4).
Es importante seguir las instrucciones del fabricante, pues varian mucho, y utilizar el medidor que viene en la lata. Poner más de lo recomendado puede hacer que el bebé sufra de estreñimiento e incluso deshidratación y diluirlo mucho tiene el riesgo de que no reciba los nutrientes necesarios.
La temperatura de la leche debe ser similar a la corporal, así que si tenéis que enfriarlo un poco: poned la base del biberón bajo el grifo de agua fria durante aproximadamente un minuto. Si por el contrario tenéis que calentarlo, metedlo en un recipiente de agua caliente durante unos minutos. Es muy importante que los biberones nunca se calienten en el microondas pues no calienta el liquido de forma homogénea, crea pequeñas zonas muy calientes y el niño se puede quemar. Para comprobar la temperatura poned unas gotas de la leche en la parte interna de nuestra muñeca… ¡Eso lo sabemos todos!
La leche en polvo una vez preparada debe utilizarse inmediatamente y no se recomienda almacenarla una vez lista.
Para todos aquellos que están más desbordados todavia o para los padres más viajeros, algunos fabricantes, como SMA o APTAMIL, venden leche lista para su consumo en pequeñas botellitas con su tetina incluida. Vamos, un biberón de usar y tirar: ¡una idea muy útil e ingeniosa!
¡Hasta la próxima, amigos!