Hace poco he terminado un curso otro curso más en lo que es una constante en la vida de todo Fisioterapeuta. Este último curso sobre Kinesiotaping o lo que el resto de los mortales define cómo: “Esas vendas de colorines que llevan los deportistas”.
Pues bien mi post de hoy se centra en una técnica que si bien conozco y aplico desde hace años sigo sin comprender del todo.
Lo cierto es que cuando se habla del Kinesiotaping, cómo casi siempre en fisioterapia, parece que todo el mundo tiene una opinión completamente fundamentada sobre si funciona o no lo hace; lo cierto es que yo he comprobado que si bien funciona, no es milagroso y por desgracia no hay toda la evidencia científica que me gustaría tener al respecto.
Bien aquí van los mitos más extendidos sobre el Kinesiotaping:
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Eficacia inmediata: la parte mala de este mito es la confusión entre eficacia y eficiencia. Lo explicaré fácilmente, Matar mosquitos a cañonazos es eficaz (lógico el mosquito muere) pero no eficiente (método caro, exagerado y poco serio). Bien de igual forma el kinesiotape puede ser eficaz para corregir una mala posición articular o hipertonía muscular (vosotros lo llamáis “nudo”, “contractura” o pelota), pero no es eficiente en todos los casos pues el alivio inmediato no implica en forma alguna la curación.
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No hace falta nada más: volviendo al punto anterior, una contractura puede mejorarse con el kinesiotape pero esta no debe ser la técnica de elección, sino algo complementario una vez hemos aplicado la terapia manual (por algo somos fisios), estiramientos, ejercicios…
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Funciona en cualquier patología: esta es quizás una de las afirmaciones más peligrosas a las que nos enfrentamos. El kinesiotape no deja de ser un vendaje y como tal puede tener efectividad frente a determinadas patologías, pero desde luego si tenemos una fractura abierta en la pierna no se me ocurriría ponerle un Kinesiotaping al paciente y decirle “Levántate y anda”
Quizás en este punto os preguntéis por qué alguien perdería su tiempo y dinero en formarse sobre esta técnica cuando no funciona.
Bueno lo cierto es que la técnica como todas funciona, pero sólo cuando se aplica de forma correcta, sabiendo por qué se hace y acompañada de un diagnóstico certero y un plan de tratamiento lógico.
El Kinesiotaping puede ayudarnos mucho en la labor terapéutica, como en uno de mis pacientes donde estoy tratando una “Tendinitis de Quervain” por el uso diario del ratón.
La técnica no es perfecta, pero no hay ninguna que lo sea, y aunque no es la panacea en fisioterapia, si es un buen respaldo a la hora de recuperar a un paciente lesionado.
Tras este post sólo puedo recomendaros mis reglas habituales:
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Poneros en manos de un profesional
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Preguntar todo aquello que no entendéis
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Ser desconfiados pero lógicos y valorar los resultados en su justa medida
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Si al tomaros una aspirina no sentís alivio inmediato y, aún así confiáis en dicho medicamento, no pretendáis que un vendaje hago lo que ningún tratamiento hace.
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Seguir las recomendaciones del fisioterapeuta cuando lleváis un kinesiotape.
Por último cuidaros y disfrutar de las bondades del tratamiento con la paciencia que requieren.