No llegó ni a la primera pregunta. Escribió su nombre, la fecha, el curso y a los pocos segundos apareció el miedo, los nervios y el bloqueo . Un cuadro de ansiedad en toda regla que le impidió hacer el examen. Esta situación se empezó a repetir con frecuencia a pesar del esfuerzo de sus profesores por tranquilizarla antes de los exámenes.
Pero María, alumna de sexto de Primaria, no conseguía controlarla. El caso es que desde siempre, había estudiado “silla con silla” y “codo con codo” junto a su padre o su madre. Con unos exámenes cada vez mas difíciles y exigentes, se encontraba “sola ante el peligro”, situación que disparaba su ansiedad, inseguridad y miedo.
“Mi hijo no quiere estudiar solo”, “Si no me pongo con ella , no hace nada”, “Conmigo lo acaba enseguida”, “A los dos minutos me está llamando”, “Conmigo al lado lo hace mejor”, “Si no estoy con ella no se centra”, “ No sabe estudiar sin mi ayuda”, “Él tiene que hacer los deberes conmigo”, “ Yo se lo leo, se lo resumo y ella se lo estudia”…
Cada vez me cuesta más entender por qué, a pesar de las interminables jornadas escolares algunas incluso más largas que las de los adultos, los alumnos tienen que seguir trabajando en casa. No sé si es la edad o el haberlo sufrido como madre. Pero también tengo claro que hasta que el sistema educativo cambie, ayudar a los hijos en el estudio en casa, es necesario para que crezcan en capacidad de trabajo,seguridad, autoestima,motivación,esfuerzo, autonomía y voluntad.
Uno de mis personajes favoritos de la Historia y desahuciado por el sistema escolar de su época, dijo: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor; la electricidad y la energía atómica; la voluntad” y “El genio se hace de un 1% de talento y de un 99% de trabajo”.
¿Te suena?
Consejos para conseguir que nuestros hijos sean estudiantes autónomos y estratégicos
- Que tengan y usen su lugar de trabajo y estudio . Fijo, silencioso, sin distracciones, a ser posible en su cuarto,no en estancias comunes o de paso que justifiquen nuestra presencia durante su tiempo de estudio. Dejar fuera el móvil y el ordenador con conexión a Internet. Los más pequeños pueden tener una silla y una mesa en su cuarto para dedicar un tiempo diario a la realización de actividades tranquilas: puzzles, pintar…
- No dejarlo para última hora . Hacer un horario fijo de trabajo estudio en casa, adaptado a cada edad y a las actividades extraescolares. Tener en cuenta que: cuanto antes se pongan mejor, evitando empezar mas tarde de las 20 horas. Si se ponen a última hora, la “persiana cerebral” ya estará echada, les costará mucho más y seguro seguro que nos llamarán infinitas veces. Con los más pequeños , programar a la misma hora10 /15 minutos diarios para pintar, a hacer plastilina, puzzles ,ellos solos en su cuarto, sentados en su silla y mesa.
- “Las pantallas para después”.La tele, el móvil, Internet y en general el uso de pantallas hay que posponerlo para después del tiempo de trabajo y estudio. Nos servirá de refuerzo, pero desde luego sin abusar. No más de treinta minutos diarios.
- ¡Agenda sí!.Procurar que tengan y usen una agenda escolar para anotar deberes, exámenes, fecha de entrega de trabajos, recuperaciones… En el lugar de trabajo -estudio y en sitio visible, es conveniente que tengan un planing trimestral, en el que ellos mismos anoten y actualizarán al llegar a casa todas las tareas, traba
jos y exámenes registrados ese día en la agenda. Es la mejor forma de ver con un golpe de vista lo que tienen que estudiar y hacer a más largo plazo. Les ayudará a organizarse mejor y a evitar olvidos y “olvidos”.
- Asegurarnos que tienen claro qué y cómo hacerlo. Una vez sentados en su lugar de estudio, antes de que empiecen y dejarlos solos, asegurarnos de que saben y entienden lo que tienen que hacer. Si les cuesta funcionar solos, programar “pequeños lotes” de trabajo,marcar tiempos para su realización, y acudir a supervisar la calidad y cantidad del lote realizado. Es mejor ir y venir, evitando al máximo la presencia perpetua, si ésta fuera necesaria.
- Reforzar y reforzar con cariño e interés. Cuando trabajen solos, reforzar, premiar y elogiar con cariño, ganas e interés. De esta forma se sentirán cada vez más competentes y capaces de hacerlo, ganando en seguridad, confianza y autoestima. “Estoy muy orgullosa de ti, cada vez lo haces mejor”, “Has sido capaz de hacer muy bien los deberes tu sola”, “Reconocemos tu trabajo y esfuerzo”, “Cada vez te esfuerzas más”…Su voluntad aumentará como la espuma.
- ¡Sorpréndeles! Durante su tiempo de estudio,entra de vez en cuando a su cuarto para animarles durante unos segundos con un beso, un abrazo,una sonrisa, llevarles un zumo… No tengas miedo pues no los vas a desconcentrar, al contrario será un estímulo para continuar con más fuerza.
- ¡Ponte las gafas de lo positivo! Recordar siempre la importancia de fijarnos primero en lo que han hecho bien, aunque sea mínimo, y elogiarlo. A continuación hacerles ver lo que tienen que revisar y/o mejorar con un lenguaje positivo; “Sería conveniente que revisaras las operaciones”, “Podrías mejorarlo aún más si hicieras las rayas con regla”, “Antes de hacer un ejercicio ayuda mucho repasar la teoría, léela y vuelve a intentarlo”…
- No te hagas imprescindible. Nuestros hijos son capaces de hacer muchas cosas solos, pero en ocasiones ante sus demandas, caemos en facilitarles y hacer las cosas por ellos. Evitar entrar en la presencia-juego durante el estudio, para un niño puede ser muy gratificante y cómodo hacer los deberes con papá o mamá, aunque se lleve una ración de gritos y el adulto termine perdiendo los nervios.
- Evaluar dificultades significativas. Si a pesar de apoyar y hacer el seguimiento de su proceso de aprendizaje y estudio, detectáis dificultades significativas, hablar con los tutores de vuestros hijos para que en el colegio valoren posibles dificultades y trastornos en la lectura, escritura, atención…
- Nunca es tarde para aprender a estudiar. Hacer un curso de técnicas y estrategias de estudio es muy útil. Hay hábitos y técnicas muy básicas que se pasan por alto y son el origen de problemas y dificultades en el aprendizaje y rendimiento. También existen cursos para que los padres aprendan cómo desarrollar en sus hijos adecuados hábitos de trabajo y estudio.