¿Hay algo mejor que el chocolate o las patatas fritas?, ¿Qué sería de nosotros sin la electricidad ni las bombillas?. ¿Cómo podríamos superar muchas enfermedades sin la penicilina?…En muchísimos momentos de mi vida cotidiana, doy las gracias de todo corazón a tantas GRANDES personas cuya inteligencia, empeño e incansable curiosidad les llevó y lleva a realizar importantes descubrimientos e inventos que indudablemente nos salvan y facilitan la vida.
Gran parte de los inventos y descubrimientos de la humanidad, han tenido y siguen teniendo su origen en la curiosidad, en la casualidad, o en una afortunada combinación de ambas. La casualidad es aleatoria y nos sorprende, sin embargo la curiosidad es un motor que impulsa y una actitud que los padres podemos fomentar en nuestros hijos desde la infancia a través de las preguntas. Pero no sirve cualquier pregunta, sino preguntas que hagan pensar, que conduzcan al aprendizaje, que ayude a plantearse cosas distintas y que faciliten el descubrimiento del propio Yo, es decir Preguntas Sapiens.
El problema, es que los padres solemos proporcionar a nuestros hijos y por la “vía rápida” la respuesta para todo. Parece que nos hace sentir mejores padres, sin darnos cuenta de que dejarles pensar por sí mismos y enseñarles a plantearse preguntas y buscar respuestas, es una forma de crecimiento personal muy útil para la vida. Si quieres fomentar su curiosidad y que tus hijos sean verdaderos expertos en formularse Preguntas Sapiens, ten en cuenta los siguientes consejos.
Primero seamos padres sapiens. Los padres somos el mejor modelo y ejemplo para nuestros hijos. Si queremos que aprendan a formular ese tipo de preguntas, lo mejor es que las nuestras sean Sapiens a todos los niveles; en vez de ¿Por qué has suspendido el examen? ,preguntar¿Qué puedes hacer diferente en el próximo?, o ¿Qué opinas sobre esto?, ¿Qué cambiarías?…
- Evita el síndrome de padres con respuesta rápida para todo. Ante una pregunta, no des la respuesta enseguida. Ayúdales a pensar sobre la pregunta, y a recuperar lo que saben para intentar contestarla, aunque sean pequeños. Una vez agotada esta fase, puedes proporcionar la respuesta.
- Ser preguntones pacientes. Uno de los objetivos de las Preguntas Sapiens, es hacer pensar al preguntado, no obtener información rápida. Si eres paciente y curioso, al final obtendrás mucha más información que con una sola pregunta directa que probablemente bloquee la comunicación.
Anímales a buscar la información por si mismos en libros, Internet, ellos mismos u otras fuentes.- Juega con ellos a las preguntas asombrosas. ¿Qué pasaría si no saliera el Sol?, ¿Qué pasaría si se deshelaran los Polos?,¿Si tuvieras una varita mágica qué harías?, ¿Si fueras un animal cuál serías?, ¿Qué tres deseos le pedirías a un genio/hada?…
- Mantén una escucha activa ante sus preguntas y/o respuestas. En ocasiones los niños nos cansan y saturan con sus preguntas. Intentemos no anular su curiosidad escuchándolos con interés, atención y respeto.
- Ante una pregunta devolverles otra que les haga pensar . ¿Por qué vuelan los pájaros? ; ¿Qué crees que les hace volar?
- Regalarles y leer con ellos biografías infantiles de los grandes científicos, descubridores e inventores de todos los tiempos.
- Estimular la lectura de libros referidos a ¿Cómo funciona?, Una pregunta para cada día del año, ¿Por qué…? Libros de Geografía, fauna y flora de diferentes partes de la Tierra.
- Evita hacer preguntas de si o no. ¿Te lo has pasado bien en el colegio, ?, mejor si preguntas: ¿Qué es lo que más te ha gustado de lo que has hecho en el colegio? .
- Empieza bien las preguntas. Las preguntas que empiezan por : Qué, Cómo, Cual, Cuándo, Para qué, o Dónde, le harán pensar y nos proporcionan más información que las que empiezan por “Por qué”.
- Vivir la naturaleza. Hacer excursiones, paseos por el campo observando lo que nos rodea. Estimular la inteligencia natural que todos llevamos dentro.
- Regalar juegos de química, lupas, microscopios, mini invernaderos y otros muchos que estimulan la curiosidad a través de la ciencia.