Las Navidades están a la vuelta de la esquina y con ellas vienen las grandes comilonas, disfrutar de la familia y los quebraderos de cabeza para encontrar el regalo perfecto. En España es tradición que la noche del 5 al 6 de enero sus Majestades los Reyes Magos, dejen los regalos al lado de los zapatos que los niños han dejado previamente.
La expansión de la cultura anglosajona, especialmente llegada desde América, ha hecho que no sólo sean sus Majestades las que visiten nuestros hogares, sino también, un anciano bonachón vestido de rojo y con espesa barba blanca, Papá Noél.
apá Noél también conocido como Santa Claus o Father Christmas tiene su origen en San Nicolás, obispo de origen griego que vivió en Turquía en el siglo IV. Huérfano y heredero de una gran fortuna, se dedicó a hacer regalos a los niños pobres y huérfanos.
En cuanto a los Reyes Magos, todos nos conocemos su historia, vinieron desde el lejano Oriente, guiados por una estrella, posiblemente un cometa o una conjunción astral según las últimas investigaciones, para adorar al niño Jesús. A pesar de que nuestra tradición dicta que fueron tres, Melchor, Gaspar y Baltasar, según el culto armenio, pudieron ser hasta doce los que fueron a ver al recién nacido.
Sus nombres aparecen por primera vez en un mosaico bizantino del siglo VI en la Iglesia de San Apollinare Nuovo, en Rávena, Italia. La descripción del teólogo Beda el Venerable es la que perdura hasta nuestros días. Melchor, anciano de larga cabellera blanca y espesa barba, ofrece oro como símbolo de la realeza divina. Gaspar joven e imberbe, de tez blanca y rosada, ofrece incienso como símbolo de la divinidad. Baltasar de tez morena, que no negro, ofrece Mirra como símbolo del sacrificio que tendrá que realizar cuando alcance la edad adulta.
Excepto los regalos, que aparecen en el Evangelio de San Mateo, los nombres, edades y apariencias han ido cambiando a lo largo del tiempo. Entre los griegos se les dio los nombres de Apellicon, Amerim y Serakin y entre los etíopes los de Ator, Sater y Paratoras.
Sus edades cambiaban según el gusto del artista que los representara hasta que Petrus de Natalibus, obipo y escritor italiano, fijó en el siglo XV que Melchor tuviera 60 años, Gaspar 40 y Baltasar 20, representando así a las tres etapas vitales. A su vez, Baltasar pasa de ser de tez morena y raza blanca, a raza negra para poder representar mejor la idea de universalidad del Cristianismo.
Hay una leyenda que habla sobre un cuarto Rey Mago llamado Ogamyer Otraucle en la tradición rusa, o Artabán para la tradición popular. Parece ser que se equivocó de estrella y no pudo reunirse con los otros tres. El escritor Henry Van Dyke popularizó su historia en 1896 al publicar “ The story of the other wise man.”
A pesar de la inclusión de Papá Noel en nuestras tradiciones navideñas yo sigo siendo fiel a los Reyes Magos, y especialmente a Baltasar. Y vosotros, ¿Sóis de Papá Noel, o del los Reyes Magos?